Con los compradores entusiasmados por volver a tiendas y centros comerciales tras el confinamiento, las marcas que nacieron en Internet buscan ahora asociarse a firmas de retail presencial para llegar a un grupo más grande de clientes.
Por supuesto, el caso más conocido a nivel internacional de tienda online que se pasa al físico es el de Amazon con sus tiendas Amazon Go y la más reciente Amazon Style. Pero en España podemos encontrar casos de marcas nativas digitales, como Hawkers, Electrocosto, Vinopremier, Birchbox… Y en algunos casos con productos y promociones exclusivas para el comercio físico.
Pero, ¿por qué querrían tener presencia física vendedores online tan consolidados? El retail físico sigue presentando muchas ventajas que el online no puede ofrecer, especialmente en cuanto a experiencia del cliente. Y aunque el cliente al final no compre nada en la tienda, el mero hecho de vivir esa experiencia acaba beneficiando al ecommerce. En una reciente entrevista en Emprendedores, el responsable de la joyería online Singularu justificaba así la apertura de sus espacios físicos:
“Nosotros llenamos las tiendas porque las accionamos desde Instagram. Al final estás llegando a personas y, si llegas a personas que sienten curiosidad por tu producto, irán a conocerlo a tu tienda. Todo ese esfuerzo que estás haciendo en marketing online funciona luego en el off. Y al revés: hay clientes que hacen recurrencia online una vez que te han visto offline”.
Al final, los puntos de venta físicos en ocasiones funcionan más como un espacio para generar leads, notoriedad, etc. que como un punto de venta. El cliente te ve en el mundo físico y te compra online. Muchos más han cautivado a los compradores con tiendas pop-up, espacios dignos de Instagram y experiencias de marca. Y como nativos digitales, recurren a la tecnología para asegurarse una experiencia plenamente digital:
En cualquier caso, muchas de las marcas digitales se verán en la tesitura de tener que elegir entre un espacio físico propio (con todo el coste que ello conlleva) o ser acogido por una marca tradicional y plegarse a sus normas de comercialización.
Por eso estamos conociendo la tendencia de los “agregadores minoristas”, como Brandbox o Showfields, que ofrecen espacio para las marcas nativas digitales. Se trata de un modelo de marketplace físico, pero más como una asociación donde las marcas nativas digitales cuentan con una presentación más creativa y, en última instancia, escalable en el mundo del retail físico.
Este modelo de negocio híbrido supone una tendencia que probablemente encontrará su hueco en el mercado. Tanto si se es un retail tradicional como una marca digital, una asociación de este estilo tiene el mismo objetivo: satisfacer al mayor número de consumidores posibles.
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